Crónicas del Snobground

Y es que basta con darse una vuelta (en bici claro) por alguno de los paseos nocturnos que estos colectivos organizan y uno podrá darse cuenta, ya no de la falta de congruencia (eso sería demasiado pedir), de lo excluyentes y elitistas que resultan ser estos eventos, por no decir que movimientos (si es que vale el término). Todo esto a colación por último paseo popular organizado el pasado 2 de octubre (¡no se olvida!), en el cual, para empezar resulta ser siempre temático, y ahora surgió la idea de ir todos de luchadores, porque según aseguran la lucha sigue.

Me resultó extraño el tema y eslogan de este paseo por el hecho de asumirse dentro de una confrontación directa con los automovilistas arriba del cuadrilátero de asfalto, choque que no lleva mas que a la segregación e intolerancia de unos contra otros; si bien es cierto, y lo creo, que la bici puede y debe ser un medio de transporte cada vez más usado por todos, en una ciudad como Guadalajara que ha sido diseñada por y para los automóviles, ésta no es más que una alternativa para el caos vial y ambiental que vivimos; sin embargo, creo también que aquella persona que desee utilizar un automóvil está en su libertad de hacerlo, como lo están los demás de usar una bicicleta. Por eso es que no veo la necesidad de buscar y defender esa confrontación con el otro, cuando la apuesta más interesante sería buscar la forma en que ambos (junto con el peatón, claro está) pueden convivir en forma respetuosa ¿Utopía?

Las otras críticas surgen dentro de los mismos paseos; resulta interesante ver que a lo largo del paseo uno puede darse cuenta que el problema de la (in)cultura vial, no es un problema de los autos; los autos son artefactos mecánicos manipulados por las personas; lo digo porque durante el recorrido del pasado jueves, algunos ciclistas dieron muestra de que da lo mismo estar montado sobre una rila que dentro de un auto, la falta de respeto por aquel que no está en la mismas condiciones que yo se da (entiéndanse, peatones, automovilistas e incluso con los propios ciclistas), es decir, el problema no es que todos agarremos las bicicletas y listo, hace falta mucho pero mucho en cuanto a cultura, ya no vial, sino de respeto hacia el otro.

Poco vale la pena decir de aquellos que sólo van por mero divertimento y echar desmadre y poco o nada les interesa considerar la baika como un medio de transporte alternativo, si al fin y al cabo ellos al finalizar el paseo nocturno montaran sus bicis en sus carros e irán de vuelta a casa hasta el próximo mes para otro paseo, digo la bici también es un instrumento de recración y es válido y respetable.

Al final lo más interesante resulta ser el gran desfile de modas que resultan ser estos paseos donde las pasarelas han sido cambiadas por kilómetros y kilómetros de concreto y las ropas son relegadas (bueno no del todo) por las propias bicicletas, las cuales hay de todas formas, tamaños, colores y arreglos, es pues un evento fashion, que poco tiene que ver con el día a día que enfrentan los verdaderos ciclistas, los cuales realmente ven en la bici su unico medio de transporte. Las ideas y el compromiso dan paso al glamour y el snob sobre ruedas.

Cabe resaltar que a pesar de todo esto hay aspectos que resultan significativos. Primero que nada existen personas (al parecer cada vez más) con buenas ideas e intenciones que realmente están compromentidas con la causa. También rescataría el valor simbólico que poseen estos eventos, dicho valor surge de la apropiación de los espacios; resulta excitante el ver como miles de ciclistas toman avenidas importantes de la ciudad por las noches, así como el esfuerzo de algunos de hacer conciencia en los asistentes (y los no asistentes también) de dejar de usar la bicicleta como mero instrumento recreativo para convertirlo en medio de transporte cotidiano.

En fin la moda de la bicicleta ha llegado a Guadalajara, llega acompañada de algunas ideas y propuestas, las cuales se espera no se diluyan conforme la moda fashion de andar en bici vaya decayendo. Mientras yo corro a comprarme una bici apropiada para el próximo paseo.