Crónicas del Snobground

Una de las constantes en la historia de la música pop y sobretodo desde los años noventa hasta la fecha, es la revitalización de músicas que se creían olvidadas, que habían sido ignoradas o simplemente incomprendidas. Así surge el revival. Lo viejo se hace nuevo y ante el hartazgo de los clásicos recién renovados emergen nuevos clásicos que revisitar y así sucesivamente. En pocas palabras, más que "creaciones" en el sentido estricto de la palabra, las "nuevas" propuestas suelen ser meros reciclajes de viejas ideas, por otro lado,uno podría ponerse a discutir si no es que TODA "creación" no es más que puro reciclaje.... en fin, que entre recicladores los de PIVOT podrían ser los equivalentes al Rey Midas, convirtiendo la basura tecnológica en oro de actualidad. Aunque parezca increíble a estas alturas de tanto descrédito, lo que se proponen estos australianos es reivindicar la herencia del ¡New Age! , como oyeron, su herencia son los indigestos paisajismos ambientales de VANGELIS, JEAN MICHEL JARRE o TANGERINE DREAM. El trío coge todos los cacharros analógicos al uso a finales de los setenta y principios de los ochenta, absorbe la herencia menos cursi y más cósmica de estos pioneros de la electrónica (La banda sonora de “Blade Runner” -1982- de Vangelis, por ejemplo) lo somete a descargas eléctricas y destiempos jazzísticos de manual de matemáticas tan propios del sonido de la disquera THRILL JOCKEY dando como resultado algo que pomposamente podría llamarse post-new age o el jingle que un versus entre MOGWAI y TORTOISE harían para el destartalado planetario de Guadalajara. Al final, su propuesta se encuentra – gracias a Dios- más emparentada con el post rock de TURZI que con la melcocha de ENYA. Bienvenidos al Alpha Centauri Rock , Carl Sagan lo hubiese recomendado.