“El poder asistir a las clases de Deleuze fue como si explotasen barreras en mi cerebro y me permitiesen pensar en un universo que no conocía.” Santiago Auserón – Radio Futura-


“Un día, el siglo será deleuziano” Michel Foucault




Si MICHEL FOUCAULT fue el historiador de los infiernos, GILLES DELEUZE fue el filósofo de los dementes. El gran teórico de la mutación de las sociedades disciplinarias en sociedades de control, también supo crear universos posibles donde reinaba la multiplicidad, sus máquinas deseantes son aparatos retóricos con los cuales producir alteridades que sobrepasan los límites de la aparente realidad. Sus conceptos son, ya mismo, una apuesta presente. Junto con FELIX GUATTARI escribiría dos de los libros más influyentes del pensamiento contemporáneo: “El Anti-Edipo” (1972) y "Mil Mesetas" (1980). También fue uno de los pensadores que influyeron y siguen influyendo –con su pensamiento- en el ámbito de la música. Desde las influencias anecdóticas, como Santiago Auserón, líder de RADIO FUTURA, que fue su alumno en el doctorado de Filosofía de la Sorbona, hasta los músicos que llevaron a la práctica musical ideas y reflexiones deleuzianas.


RICHARD PINHAS, por ejemplo, alumno del filósofo y conocido mediaticamente como padre de la electrónica francesa, lleva desde los años setenta elaborando paisajes que transitan entre las frecuencias análogas, el paisajismo y la ruptura rock. Con el tiempo se ha alejado del synth pop/ambient que lo hizo medianamente famoso en los ochenta para transitar el camino del ruido y la experimentación. Su compañero de ruta ha sido el maestro japonés del ruido MERZBOW. En la webdeleuze se encuentra de forma gratuita el último trabajo que estos dos músicos han hecho en conjunto.


El otro celebre caso del ensamblaje entre pensamiento deleuziano y música es el de la disquera Mille Plateaux (Mil Mesetas) que durante los primeros años 2000 transformó el panorama electrónico global con la puesta en escena de la electrónica minimal y su tinglado de clicks, cuts, glitches y demás afortunados errores digitales. Sus compilados “Clicks and Cuts” representan, sin duda, el último gran vuelco de la electrónica y sus booklets erán auténticos tratados de filosofía auditiva, un intento de fusionar el arte de pensar, la contemplación y el baile. Con cierto grado de razón, el llamado minimal, es juzgado por algunos demasiado cerebral, y para muchos otros su influencia se reduce a una pálida huella en la memoria donde se puede leer “esto es electrónica de ruiditos”, pero si incluso los más adversos, se dieran el tiempo de escuchar las grandes obras de músicos como AKUFEN, DONNACHA COSTELLO, ULTRA RED, VLADISLAV DELAY o ALVA.NOTO reconocerían el mérito de haber conseguido ampliar el universo sonoro de lo posible.


En su último gran gesto ¿filosófico?, Gilles Deleuze se aventaría por la ventana de su departamento de París en el año de 1995. Antes, durante los ochentas, la televisión francesa produciría el abecedario deleuziano, aquí la letra D, de Deseo, que les aproveche...


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PARTE 3: